Qué mejor forma de decirle adiós a nuestro país que con un concierto en el que evidentemente Dave, Andy y Martin disfrutaron y se divirtieron.

Desde que entró al escenario, Gahan llegó sonriente y bromeando con los músicos, pronto se paró justo en medio del mismo y se adueñó de él, haciendo que fuera prácticamente imposible quitarle la mirada de encima para quienes se encontraban en las primeras filas del lugar.

Martin Gore compartía su ánimo, bromeaba y se reía hasta explotar en carcajadas durante un par de diferentes momentos.

 

Y aún cuando repitieron el mismo set de canciones que en otras dos de sus fechas en México, los verdaderos fans supieron disfrutar cada momento de ellas, como con la profunda Home, a la que el público una vez más le añadió un coro lleno de pasión, el cual Martin aprovechó para seguir jugueteando: esta vez haciendo ir al público hacia arriba o hacia abajo según lo que sus manos marcaran.

Las buena actitud y las bromas siguieron durante Enjoy the silence, cuando al final de la canción Martin acercó su guitarra al rostro de Dave, quien tras cantar la línea final de la misma, se puso a jugar con los controles de volumen como queriéndola acallar para… disfrutar el silencio.

Tan buen ánimo tenía Dave, que dedicó largos segundos a hablar con alguien que en la primera fila permanecía sentado y ajeno a lo que sobre el escenario ocurría, diciéndole que no se molestara, que podía seguir sentado, que no había problema, y al ver que el aludido ni se daba por enterado, siguió hablando hasta que el tipo reaccionó y al menos se levantó de su asiento, tratando de disimular que su cabeza estaba en otra parte.

Pero eso sólo fue un instante comparado con las dos horas durante las que Dave animó al público una y otra vez para que dieran más de sí y, como siempre, el punto en que esto fue más evidente fue durante Never let me dow again, en la que Dave retomó la costumbre de agitar sus palmas en señal de que el momento en el que todos nos volvemos uno agitando los brazos estaba por empezar, y así fue, la Arena Mnterrey se movió al unísono durante varios minutos qu al final estarllaron en gritos y aplausos.

Depeche Mode nos dejó con el ánimo arriba, igual que como ellos entraron al escenario. Así dolió menos saber que esta era la última vez que los veríamos en México durante el Tour of the Universe.