En muchos sentidos fue la gloria suprema para una banda que resume todo lo que el rock and roll debe ser, elevándolos a la posición oficial de banda de estadios. La convincente calidad de las letras de Martin se acomplaron a la música gracias a su innovador y confiado enfoque, ayudando a poner a Violator en lugar aparte de los otros discos que aparecieron ese año. Mientras que sus alguna vez populares contemporáneos (surgidos durante de la explosión del synth rock de principios de los 80) había caído en el olvido, los Mode habían soportado el rigor de la década y se habían desarrollado para representar al único sonido verdadero de su tipo.

La mezcla única de imaginería oscura y sensual, así como la desenvoltura electro aseguraron que el disco fuera un alivio para los oídos y se destacara claramente entre el tumulto de los incipientes grupos de música bailable, los de cuerpo a cuerpo de baile joven y los pasados de moda soft rockers. Esto no quiere decir que Violator era la bestia analógica pura que ha sido venerado durante mucho tiempo y sin afán de ofender a aquellos devotos austeros que se muestran reacios ante la mera mención de la palabra “guitarra”, Alan nos recuerda:

“Existen muchas percusiones hechas en vivo y que se volvieron loops en Violator y hay un amplio rango de diferentes instrumentos acústicos al igual que electrónicos. Creo que este disco demostró que se puede alcanzar delicado balance entre los sonidos tocados y los programados.” 

La mayor parte de Violator fue grabado en los estudios Puk de Dinamarca y presenta a un importante recién llegado al otrora cerrado mundo de la producción en Depeche Mode. Flood, quien previamente hizo el remix de Stripped, ya había trabajado con otros grupos pertenecientes a Mute, Nitzer Ebb, Nick Cave y Erasure, cuando Daniel Miller le sugirió un encuentro en la casa de Martin.

"Este tipo desaliñado, de gafas, que se veía poco chido, asaltó el refri un par de veces, se hizo bolita en el sofá, pontificado por un ratito, y de este modo, un nuevo equipo de producción había nacido". 

En la primera sesión de grabación en Milán, la nueva sociedad se puso a trabajar en los demos de Martin los cuales comenzaron a a tener una menor influencia en los resultados finales.

"No había reglas muy estrictas, a veces las canciones cambiaban drásticamente de lo que era el demo y algunas veces eran bastante similares. A Martin no le gustaba explicar a nadie sus canciones, sabiendo eso, los demás miembros del grupo rara vez le preguntábamos acerca de qué trataban. Para mí estaba claro que la ambigüedad de sus letras y la cualidad subversiva de algunas de ellas (con sus posibles oscuros significados) es lo que las hace interesantes. También es probablemente correcto decir que de Violator en adelante, lo resultados finales fueron menos parecidos a los demos originales que nunca. "

Sería justo atribuirle esto a Alan y a Flood, cuyo dominio del estudio fue rápido de desarrollar y, en definitiva, brindó una duradera y fructífera colaboración.

“Flood y yo trabajamos bien juntos. Nuestros estilos se complementan: mi punto de vista musical junto con su habilidad técnica. Sin duda, él fue un factor importante en el desarrollo de los discos Violator y SOFAD.”

 

TEXTO: Editoriales/Alan Wilder